Testimonios en Pereira y Bogotá (Colombia) – Diciembre 2019
30 diciembre, 2019Testimonios en Pereira, Manizales y Bogotá (Colombia) y en Barcelona (España) – Enero 2020
3 enero, 2020Testimonios en Pereira y Bogotá (Colombia) – Diciembre 2019
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3 enero, 2020Testimonios en Orquídeas y Calle 80, Bogotá; y en Palermo, Huila (Colombia) – Diciembre de 2019
Primer testimonio (Orquídeas, Bogotá, Colombia): La hermana quien procede de Argentina, testifica que antes de llegar a la Iglesia era predicadora de una denominación durante 10 años, pero llevaba muchos años buscando a Dios por muchos lugares ya que no había Espíritu Santo en aquellas denominaciones y para que las personas fueran a su congregación era con esfuerzo humano y todo era con carácter comercial. Pero ahora está en la Iglesia de Dios Ministerial de Jesucristo Internacional donde conoció a Dios como ella anheló durante muchos años, Dios le habló en profecía, ha recibido el Espíritu Santo y le da la gloria a Dios por permitirle conocerle, también destaca a la Hna. María Luisa Piraquive por su labor espiritual, Dios le dio su bendición sentimental, y le ha dado experiencias espirituales.
Segundo testimonio(Calle 80, Bogotá, Colombia): Testifica que Dios en profecía le decía que sus hijos estarían asistiendo a la Iglesia, y esto se ha ido cumpliendo, pero tenía una de sus nietas que era rebelde con ella en su comportamiento, y sucedió que un día su nieta soñó con la hermana María Luisa cantando los himnos y coros, ella cantó con la Hna. y también estaba nuestro Señor Jesucristo, y le dijo: “Ve a la Iglesia, ¿Tú porqué no vas? ve a mis estudios y yo te voy a sanar“. Su nieta se sintió muy contenta y ahora la niña asiste con más frecuencia, no se enoja cuando van a ir a la Iglesia y a pesar de la lluvia decide asistir a la Iglesia.
Tercer testimonio (Palermo, Huila, Colombia): La hermana testifica que Dios le decía que no se preocupara por nada, porque le daría vestuario, calzado y todo lo que necesitara, y sucedió que le pidió a Dios por algo que necesitaba con urgencia, y esperó en el Señor. Y al llegar la hora límite, sintió en su corazón mirar sus tarjetas y al llamar al banco encontró el dinero que necesitaba.
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