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Primer testimonio: Dios le dijo en profecía que uno de los suyos estar muy delicado de salud, pero que no se preocupara, porque Él se estaría manifestando, que pondría ayudadores, sorprendería a la ciencia médica y a las personas que los conocían. En un momento dado, su esposo se enfermó y le dio un dolor de cabeza, algo aparentemente simple, luego de 3 días de dolor de cabeza fueron al médico, y de un momento a otro, uno de los médicos le hizo tomar otro examen y lo dejaron allí en la clínica, la hermana no entendía lo que sucedía, de un momento a otro su esposo se agravó y perdió el conocimiento, perdió la noción de las cosas, no hablaba, su rostro se torció, lo llevaron a la unidad de cuidados intensivos, la hermana aún estaba sorprendida por todo ello. Un hermano de Neiva, que estaba en Estados Unidos pudo contarle la situación a la hermana María Luisa, y las palabras de la hermana María Luisa Piraquive fueron “Dígale a la esposa que no se preocupen, porque el Señor lo va a restaurar, que el Señor le va a devolver su salud, será una recuperación larga pero que el Señor lo devolverá como él estaba, porque aún él le seguirá sirviendo al Señor”. Es así que Dios respaldó las palabras de la hermana María Luisa, ya que siendo una enfermedad desconocida para la ciencia médica, Dios obró sanidad, y poco a poco se recuperó de una lo que suponían era una bacteria, luego de inflamarse su cerebro, perder el habla y haberse torcido su rostro, los médicos le dijeron que si quedaba vivo estaría en silla de ruedas. Pero el Señor lo restauró y obró sanidad en él, gloria a Dios.
Segundo testimonio: Testifica que antes de conocer la iglesia, asistía adonde brujos, adivinos y hechiceros, pero Dios lo libertó de todo esto y de idolatría. A pesar de todo esto, Dios guardó a su hijo que estaba en el ejercito quien sufrió de peritonitis, y le decían que fallecería ya que estaba en un lugar apartado de la asistencia médica, pero Dios le había hecho la promesa de que guardaría la vida de su hijo, y al ir a visitar a su hijo luego de 3 días de lo sucedido se encontraba bien. Le da la gloria a Dios porque a pesar de el haber tenido estas prácticas anteriormente, confió y Dios le ha cumplido su promesa.