Perfil
María Luisa Piraquive, nacida el 10 de febrero en el municipio Chipatá, departamento de Santander – Colombia. Sus padres, Obdulio y María, conformaron un hogar compuesto por diez hijos – seis mujeres y cuatro hombres – siendo ella la tercera entre sus hermanos.
Creció en un hogar humilde y modesto, rodeada de la naturaleza, en el municipio de Sáchica – Boyacá. Desde sus primeros años, manifestó su inclinación por los animales y los paisajes, aprendió a llevar una vida feliz, contemplando la obra de Dios y su perfección, anhelando una comunicación directa con el Creador.
Las limitaciones económicas que la rodearon, no fueron obstáculo para vivir feliz; exploraba cuanto encontraba a su paso, disfrutando los colores, olores, imágenes y sonidos de su entorno. Descubrió su gusto y talento por la música, cantaba con voz en cuello, entonaba las canciones rancheras de la época, dejando atónitos a los trabajadores del campo; este gusto por la música lo heredó de su padre, amante de la música e intérprete de la guitarra y el acordeón.
Amor por lo de Dios
Desde su niñez fue muy inquieta por lo de Dios. En sus juegos llamaba a Dios esperando que Él le contestara, le preguntaba: ¿Dios donde estás?, deseaba que en el cielo aparecieran letreros en los que Él le hablara algo. La Dra. María Luisa narra en el libro de Vivencias que a la edad de siete años tuvo el siguiente sueño:
“SOÑABA QUE ERA EL FIN DEL MUNDO Y QUE EL SEÑOR JESUCRISTO ESTABA APARTANDO LAS ALMAS PARA EL CIELO Y PARA EL INFIERNO. VEÍA DOS MONTONES DE CUERPOS DE PERSONAS MUERTAS Y YO ESTABA AL LADO DEL SEÑOR OBSERVANDO LO QUE ÉL HACÍA. DE REPENTE SE DIRIGIÓ A MÍ Y ME DIJO: “AYÚDAME A ESCOGER LAS ALMAS PARA EL REINO”, YO LE RESPONDÍ “SÍ SEÑOR, PERO CUANDO YO ME MUERA TÚ ME LLEVAS PARA EL CIELO”. EL SEÑOR NO ME RESPONDIÓ CON PALABRAS, SINO QUE MOVIÓ SU CABEZA AFIRMATIVAMENTE Y COMENCÉ A ECHAR TODAS LAS ALMAS PARA EL CIELO, NINGUNA PARA EL INFIERNO.”
Despertó sorprendida por este sueño, lo conservó en su memoria hasta que llegó por primera vez a la iglesia evangélica en 1965 y lo relató a una persona anciana de la congregación, quien le interpretó que era un llamamiento de Dios, lo que quiere decir, que el Altísimo la había predestinado para servirle.
Inicios de la vida espiritual
A los dieciséis años conoció a Luis Eduardo Moreno Moreno, por ese entonces predicador de la Iglesia Pentecostal, con quien contrajo matrimonio el 16 de septiembre de 1966. Desde esa época, se propuso interesarse y esforzarse por conocer la Obra Perfecta del Señor, de tal manera que empezó a leer la Biblia de principio a fin, una y otra vez, con la intención de indagar y averiguar acerca de la verdad, puesto que era muy desconfiada y quería entender por sí misma la Doctrina; algunas veces su esposo la ayudaba, explicándole acerca de múltiples aspectos de la Biblia. De esta forma, el Evangelio se convirtió en el eje principal de su vida.
Con su continua reflexión y el estudio de las escrituras, teóricamente conoció la Obra del Espíritu Santo, percibiendo la necesidad de buscar y recibir los Dones. Se enamoró profundamente de Dios y se convirtió a su verdad disponiendo su corazón para Él. Tomó la decisión de recibir el Bautismo en Agua en el año de 1969. Recibió capacitación en la teoría o gramática y el manejo de instrumentos musicales, motivada por su esposo Luis Eduardo, quien le compró un acordeón y le contrató un profesor de música del conservatorio; realizó las clases en su casa por un término de dos meses y medio. Para su esposo, fue la compañera idónea, con el apoyo de ella y su paciencia hubo una gran transformación en sus vidas espirituales; juntos escudriñaban y profundizaban en el conocimiento de las Escrituras, explorando en el texto bíblico en pos de respuestas y de imitar al hombre que compró el gran campo tras hallar los preciados tesoros de la verdad.
De esta manera la Biblia se convirtió en el eje principal de su vida, en el objeto de su reflexión continua, pues el estudio de las escrituras la llevo a inquirir en la función del Espíritu Santo, enseñando la necesidad de buscar y recibir los dones espirituales. De esa forma, en compañía de su esposo Luis Eduardo Moreno y cuatro personas más en 1972, da inicio a la congregación Religiosa Cristiana: “Iglesia de Dios Ministerial de Jesucristo Internacional”, fundamentada en la Biblia, inicialmente dirigida por Luis Eduardo Moreno, siendo un ejemplo vivo a imitar por su amor y entrega incondicional a la obra del Señor, atendiendo los asuntos relacionados con la Iglesia a nivel nacional e internacional.
Tras el fallecimiento de su esposo en el año 1996, La Dra. María Luisa se convierte así en la única mujer en el mundo que lidera una iglesia de origen colombiano, y que además ha llegado a todas las latitudes, con un alcance y crecimiento extraordinario por sus 850 templos en 45 países, cambiando la forma de sentir, pensar y actuar de multitud de personas en los 5 continentes a través de sus enseñanzas de la Biblia en directo transmitidas en vídeo y en varios idiomas.
Títulos y reconocimientos
Su liderazgo eficaz ha quedado evidenciado, en las diversas actividades de índole social y educativo, en favor de comunidades vulnerables, tanto a nivel nacional como internacional; así como su ejemplar labor, le han permitido recibir diferentes títulos y reconocimientos, entre los que se incluyen:
Medallas , Condecoraciones y Reconocimientos otorgados por entidades gubernamentales
Mención meritoria “Orden de la Democracia Simón Bolívar” dada por la Cámara de Representantes del Congreso de la República de Colombia a la Dra. María Luisa Piraquive por sus acciones, obras, aportes y logros en beneficio de la sociedad en general, a nivel nacional e internacional. Febrero • 2012.
El día 26 de junio de 2022, le fue otorgada la “Medalla al mérito Luis Carlos Galán Sarmiento” por parte del Ministerio del Interior a la Hermana María Luisa Piraquive, por su labor espiritual y su servicio social a Colombia durante más de 50 años.