Testimonios en Villamaría Caldas y Armenía Quindío (Colombia) Diciembre de 2018
26 diciembre, 2018Testimonios en Apartadó, Antioquia y Barrio Santa Lucía, Bogotá (Colombia) Diciembre 2018
28 diciembre, 2018Testimonios en Villamaría Caldas y Armenía Quindío (Colombia) Diciembre de 2018
26 diciembre, 2018Testimonios en Apartadó, Antioquia y Barrio Santa Lucía, Bogotá (Colombia) Diciembre 2018
28 diciembre, 2018Testimonios en La Colina Calle 134, Bogotá (Colombia) Diciembre de 2018
Primer testimonio: Testifica que Dios le dijo en profecía que no se preocupara por ese pequeño porque Él haría una obra. Los especialistas le hicieron un examen a su hijo porque tenía problemas de habla, ya que no decía ni siquiera 5 palabras, ella le oró a Dios y le recordó su promesa, ya que la ciencia le decía que el niño no podría hablar bien en adelante.
Esa noche tuvo un sueño en el que Dios le permitió ver a la hermana María Luisa entrar a su casa, alzar a su hijo y hablarle al oído, su hijo le contestaba y comenzaban a conversar. Al siguiente día su hijo comenzó a hablar palabras que ni siquiera ella le había dicho.
El Señor le decía en profecía a ella que Él mismo escogería el colegio en el que su hijo iba a estudiar. Sucedió que ella escogió un colegio y los especialistas le decían que no lo podía poner en ese colegio, porque el niño tenía un alto nivel intelectual, pero por el lenguaje tenía dificultades académicas, pero finalmente pudo matricular a su hijo en un colegio bilingüe muy privilegiado donde los cupos son heredades de familias. Pero Dios quiso que su hijo estudiara allí. En una ocasión le dijeron que su hijo había perdido la audición, pero Dios le dijo en profecía: Te sorprenderé. El día que lo matriculó le hicieron exámenes encontraron que si escuchaba y hoy en día haba inglés e interpreta en lenguaje de Señas.
Segundo testimonio: Al llegar a la Iglesia, era una persona que tenía una vida desordenada, tomaba y fumaba, pero Dios le permitió recuperar la paz espiritual. Luego de un tiempo encontraron un tumor en su riñón derecho, pero Dios le hizo la promesa en profecía que no se preocupara, que estaba con él. Al operarlo le encontraron 3 tumores, le quitaron parte del cáncer. Dios le consoló y le dijo que no llorara y no temiera, y el se llenó de esperanza. En medio de las quimioterapias el escuchaba la voz de la hermana María Luisa.
En noviembre asistió a un evento de la Fundación María Luisa de Moreno y ese día conoció a la hermana María Luisa y le agradeció. 15 días después en resonancia magnética y encontraron que el tumor de 7 centímetros había desaparecido. Aún le queda un pequeño quiste pero le da la gloria a Dios por que ha obrado sanidad en él. El hermano le ora a Dios y el Señor le ha permitido ver a sus hijos tener triunfos en sus estudios, le da la gloria al Señor.
Tercer testimonio: Testifica que lleva un año y tres meses congregándose en la Iglesia, llegó con una dificultad por la cual intentó quitar la vida cuatro veces, dice el que era grosero, orgulloso, borracho y mujeriego, entre otras cosas. Se separó de su esposa y de sus hijos. Pero el abogado que le estaba ayudando en lo judicial lo invitó a la Iglesia, diciéndole que hay una iglesia donde Dios habla y se manifiesta con su grande poder. Él no creía porque antes cuando el pasaba por una iglesia se burlaba y decía que las personas estaban locas. Pero al ir a la Iglesia Dios le habló a su corazón y el Señor le ha dado paz en su corazón.
Toda su vida estuvo separado de su hermana ya que cuando pequeña la enviaron a Francia, no sabía si estaba viva o muerta. Le preguntaba al Señor sí sabía si su hermana estaba muerta o estaba viva y a los seis meses el Señor le hizo la promesa de que recibiría una llamada. Un día por medio de las redes sociales averiguó el nombre de su hermana. Los resultados de búsqueda fueron muchas personas en lista, envió la solicitud a una de ellas y luego recibió una llamada. Era ella y le dijo: “hermano después de treinta años…”. Todo lo testifica para la honra y gloria de Dios padre poderoso”.
Cuarto Testimonio: Un hermano que viene de la iglesia de Rotterdam en Holanda enaltece el nombre del Señor con el siguiente testimonio: “Voy a testificar algo personal de mi hijo que también le sirve al Señor, para la honra y gloria de nuestro Dios.
Le diagnosticaron una enfermedad que se llama psoriasis. Empieza con un punto y luego a picar, le dio en los codos y le fue creciendo, se aumentó en todo el cuerpo de una manera muy muy severa. Le salía sangre por todo el cuerpo, heridas en la cabeza, en los oídos, en los pies.
Fue un largo período de mucho valor para él y para nosotros pero el Señor hace poco me dijo: “No te preocupes por tu hijo porque voy a devolverle la salud, su piel se estará restaurando como la piel de un niño”.
Hermanos, algo que es imposible para la ciencia porque fuimos a muchos médicos y nunca se encontró una cura para ello y en menos de dos meses, el Señor le hizo la sanidad completa, ahora no tiene ni siquiera una cicatriz, todo lo testifico para honrar y glorificar el hombre de nuestro Dios”.