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Primer testimonio: Una joven testifica que El Señor le dijo en profecía que ella iba a estar pasando por momentos muy difíciles, es así como cuando tenía 21 años, se enfermó a tal punto que ella no podía caminar y se le dificultaba valerse por sí misma, incluso no podía respirar bien; así que, asistió a la ciencia médica donde le diagnosticaron artrosis reumatoidea; por lo tanto, debía tomar diez pastillas diarias. Después de un tiempo, ella se cansó y dejó de tomar los medicamentos porque estos le causaban más dolor; sin embargo, tuvo que volver al hospital; esto la afectó mucho, pero sus padres como cosa de Dios la llamaron y le dijeron palabras tan hermosas que ella decidió entregarse a Dios y vino a la iglesia donde El Señor le dijo en profecía que en ese momento Él la estaba sanando de cada uno de sus órganos y estaba limpiando sus huesos y sus articulaciones; es así como la hermana ya está sana. Por otra parte, la hermana le pedía al Señor por sus estudios y la parte laboral porque quería ayudarle a sus padres y es así como ella terminó sus estudios universitarios con éxito y reconocimientos; además, El Señor la bendijo en lo laboral. La hermana testifica para la gloria de Dios.
Segundo testimonio: Una hermana testifica, que hace nueve años padecía de una afección en el riñón izquierdo y los tratamientos médicos no le servían para nada, ella oraba al Señor por lo que no podía trabajar bien por causa de esa enfermedad y nadie en su trabajo la podía reemplazar, ella era diligente iba al médico, le enviaban exámenes pero no aparecía ninguna enfermedad y un día en una alabanza vivió una experiencia con el Señor, porque cuando recibió imposición de manos sintió una mano muy grande que se posaba en su vientre y luego en su riñón izquierdo, sentía dolor y como la mano organizaba algo en ese lugar de su cuerpo y sintió como Dios obró en ella, ese día salió de la reunión, llegó a su casa y esa noche durmió como nunca lo había podido hacer en mucho tiempo y hoy se encuentra totalmente sana