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Primer testimonio: El hermano testifica que Dios le dijo que un ser muy amado estaría enfermo y que en ese momento se acordaría de la profecía, le impondría las manos y vería su grandeza. Sucedió que encontró a su padre prácticamente sin vida en su casa, y el hermano recordó al profecía, le impuso las manos y volvió de nuevo a la vida y lo llevó al hospital. El médico le preguntó acerca de lo sucedido porque había sido un milagro, y el hermano le habló de la obra de Dios y la Iglesia.
Segundo testimonio: El hermano testifica que Dios lo sanó de una enfermedad incurable llamada fibromialgia en la que se tiene mucho dolor en sus huesos, pero el hermano quería seguir adelante y le pedía a Dios que pudiera continuar en la Iglesia, Dios le dio un sueño y posterior a este sueño fue sano.
Tercer testimonio: La hermana testifica que Dios le anunciaba una dificultad muy grande y sucedió que sus familiares vivían en Mocoa en el barrio que se vio afectado por la avalancha, sus familiares pudieron estar a salvo, unos 60 metros atrás de ellos la avalancha tomó otro rumbo. La hermana le da gracias a Dios por guardar la vida de los suyos.
Cuarto testimonio: La hermana testifica que Dios le dijo que viviría una experiencia en la que el enemigo querría sacarla de su Iglesia, que quería que dudara de las cosas del Señor, y que uno de los suyos tendría una dificultad. Sucedió que a su hijo le encontraron cáncer, y le decían que no tendría cura y que en cualquier momento el niño tendría que morir, pero la hermana le pidió a Dios que nunca dudara de su obra y que no se fuera a ir de la Iglesia a pesar de todo y Dios le respondió que Él se glorificaría. Cada vez que le hacían un exámenes su situación desmejoraba, pero Dios le decía que fuera fuerte y que se glorificaría. Una hermana de la Iglesia le impuso manos al niño, y ahora luego de 4 años no tiene secuelas de cáncer.