Testimonios: Dios da sustento a los creyentes – 14 de abril de 2020 – IDMJI

Primer testimonio (Curazao): La hermana testifica que Dios les habló a ella y a su esposo por medio del don de profecía y les había alertado que “venían tiempos difíciles, que debían ahorrar, que Dios era su principal proveedor y que nunca más habría escasez en su hogar” y exalta el respaldo de Dios a nuestra hermana María Luisa cuando el Espíritu Santo habló por medio de sus labios en los últimos días al profetizar “Estoy con mis hijos y tengo cuidado de cada uno y nada va a faltar”, ella y su esposo son extranjeros en Curazao y Dios ha permitido que su esposo mantenga su empleo, reciba su salario estando en casa, ella trabaja en un hotel y describe que el sector turístico prácticamente no está funcionando y muchas personas han perdido su empleo, ella al ver a sus compañeros angustiados oraba a Dios, y para sorpresa de muchas personas, hoy día ella permanece en su trabajo, su contrato finalizaba en este mes de abril y le han extendido su contrato, debido a esto ella le da la gloria y la alabanza a nuestro Señor.

Segundo testimonio (Barbosa, Santander, Colombia): Una hermana que no tiene trabajo testifica que al escuchar un Estudio Bíblico y oír la profecía donde el Señor dijo que no faltaría con nada a sus hijo, ella clama a Dios y le pide misericordia así fue como al día siguiente y durante dos días le ha llegado alimentos a su casa y por ello le da la honra y la gloria a nuestro Dios.

Tercer testimonio (Barbosa, Santander, Colombia): Una hermana que trabaja como independiente le oraba al Señor porque ya no tenía dinero, sabia que en el banco solo tenia 150 mil pesos y al revisar su cuenta encontró un millón docientos mil, contenta testifica de la grandeza y misericordia del Altísimo y da honro y gloria a nuestro Dios.

Cuarto testimonio (Barbosa, Santander, Colombia): Una hermana comparte que a inicio del mes de marzo se quedó sin trabajo, al inicio de la cuarentena no tenía dinero para elementos de aseo ni alimentos, ella le oraba al Señor ya que sus familiares había aportado para los víveres pero ella no contaba con dinero alguno, pasados pocos días le regalaron un dinero y al ir acabándose el mercado ella oró a Dios con argumentos y a uno de sus familiares le regalaron dinero a otro familiar lo llamaron para pagarle su quincena, con esto han podo comprar lo necesario, y aun de otra ciudad recibió un dinero para suplir los gastos de servicios públicos, El Señor le ha provisto de todo y lo testifica para honrar y glorificar el nombre del Señor.

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