Testimonios de sanidad de coronavirus – 16 de abril de 2020 (Parte 3) – IDMJI – Iglesia de Dios Ministerial de Jesucristo Internacional

Testimonio en Lexena, Kansas:
Dios en profecía le dijo a la hermana que estaría en cama, pero que no se preocupara porque la estaría sustentado y no tendría necesidad de nada, que esto sería para enseñanza de sus familiares; la hermana comenta que vive sola y sus hijos en otro país, es así como ella se conectó por Internet para verlos pero ellos preferían el fútbol; una de sus hijas al verla se inquietó y fue a visitarla, al verla, la encontró mal de salud ya que tenía los síntomas del coronavirus, su hija llamó a sus hermanos para que estuvieran más pendiente de su madre y así es como hoy en día se preocupan un poco mas por ella y le ayudan con el sustento, se encuentra muy bien de salud, cumplimiento así de la palabra del Dios y lo testifica para honra y gloria de nuestro Dios.

Testimonio Engativá Bogotá:
Una hermana testifica que hace un año y tres meses se reencontró con uno de sus hermano en sangre después de haber estado separados por más de cuarenta años, con quien ha compartido gratos momentos. La hermana comenta que su hermano de sangre que no asiste a la Iglesia ni conoce de Dios. El enfermó del coronavirus y al ir al médico le diagnosticaron una neumonía muy fuerte y quedó en la UCI (Unidad de Cuidados Intensivos), duro allí 10 días, esta hermana oraba a Dios por su hermano y le pedía a Dios por la humanidad y le decía: “mira Señor que en la humanidad está mi hno, y yo quiero que el conozca de lo tuyo, que conozca de la Iglesia”, días después su hermano salió de la UCI y la hermana se preguntaba: “¿Cuándo podré hablarle de Dios?”. Cuando salió de la UCI los médico asombrados de la recuperación le decían: “usted es un milagro, porque su estado era muy crítico”, y ya un poco recuperado le pregunta a su hermana “¿Cuál será el propósito que Dios quiere para conmigo? Y sin dudar esta hermana lo llama y le dice que el propósito de Dios es cambiar de vida, su hermano aceptó la invitación y a nuestra Hna. María Luisa Piraquive como líder de la Iglesia y con alegría lo testifica para honra y gloria de nuestro Dios.

Testimonio Quibdó, Chocó:
Dios en profecía le dijo a una hna que estaría protegiendo a un ser querido; un pequeño hijo de esta hermana empezó a tener fiebre y dolor de garganta, la hermana recordó la promesa de Dios, pero su hijo seguía con fiebre y se quejaba mucho. La hermana recordó la enseñanza dada por el Hno Carlos Alberto Baena (pastor General de la Iglesia), “Cada uno prepare su corazón en mi presencia”, oró a Dios y reconoció sus errores y a los poco minutos el niño estaba sin fiebre y sin dolor alguno, por tanto lo testifica para honor y gloria de nuestro Padre Celestial.

Testimonio Vallecas, Madrid, España:
Un hermano comparte que empezó a sentirse mal y al ir al médico le diagnosticaron que tenía covid-19, lo enviaron a su casa y le indicaron que debía aislarse, el hermano en medio de su angustia oraba a Dios y le preguntaba que cuales sería sus fallas para vivir esta dificultad, le oraba con argumentos para que lo sanara, a los pocos días Dios le dio un sueño en donde veía una fuente de luz que luego se transformó en el rostro de nuestra Hna. María Luisa y le preguntaba: “¿Tú crees en Dios? Y esta luz entró en su cuerpo del hermano y la Hna. María Luisa dijo “te declaro sano”, ahora el hermano comprende que debe confiar más de Dios y engrandece el nombre de Dios por el respaldo a su Ministerio, por su misericordia todo esto para darle la gloria y honra a Dios por sus maravillas.

Testimonio Vallecas, Madrid, España:
Dios en profecía le dijo a una hermana que le estaría guarda la vida y la vida de sus seres queridos. La hermana se empezó a sentir mal, Dios le había dicho que haría un milagro en ella, esta hermana acudió al médico y solo le dieron una medicina. Estando en casa la medicina no le ayudaba por tanto la hermana se arrodilló ante Dios y le pidió misericordia, fue como los dolores en el cuerpo se desvanecieron, la hermana solo oraba y reconocía sus faltas y abrir su corazón para reconocer lo que había en ella y le habló de la enfermedad que había en ella, orando y clamando a Dios y al día siguiente amaneció mejor, siguió orando y en el transcurso de los días los dolores fueron desapareciendo. Como si fuera poco Dios le dio dinero que no esperaba para cubrir los gastos que ella tenía que suplir y por esto la hermana ve la misericordia y la grandeza de Dios y lo testifica agradecida para honor y alabanza de nuestro Señor Jesucristo.