Testimonios 23 de diciembre de 2022 – Iglesia de Dios Ministerial de Jesucristo Internacional.
23 diciembre, 2022Testimonios 6 de enero de 2023 – Iglesia de Dios Ministerial de Jesucristo Internacional
6 enero, 2023Testimonios 23 de diciembre de 2022 – Iglesia de Dios Ministerial de Jesucristo Internacional.
23 diciembre, 2022Testimonios 6 de enero de 2023 – Iglesia de Dios Ministerial de Jesucristo Internacional
6 enero, 2023Testimonios 28 de diciembre de 2022 – Iglesia de Dios Ministerial de Jesucristo Internacional
Testimonio acerca de un incendio
México
El hermano testifica para la Gloria de Dios que se encontraba esperando el horario para llegar a la iglesia cuando recibió una llamada telefónica en la que le decían que su casa se estaba incendiando. Él decidió irse para allá, tomó un taxi y de camino veía el humo muy alto, por lo cual se alarmó. Cuando él llega, alcanzó a encontrar la casa en medio de llamas, no se podía ver la casa porque las llamas la rodeaban, todos pensaban que se estaba quemando porque era oscuro. Conforme los bomberos fueron apagando el fuego, estaba la casa entera, pero no sabían si se habían causado daños. Luego de ello se acercaron y la casa estaba intacta, no tenía manchas de humo, no tenía nada, parecía que nada hubiera pasado, solo había mucha ceniza. Cuando los bomberos terminaron, se inclinaron y oraban porque no lo podían creer y el Hermano testifica para la Gloria de Nuestro Dios.
Testimonio de Sanidad
Circasia, Quindío, Colombia
Sanidad de lupus
México
La hermana comparte una promesa cumplida de Dios para darle la Gloria, la Hora y la alabanza. Hace aproximadamente 3 años sentía mucho dolor en todo su cuerpo, le dolían todas las articulaciones, acudió al médico quien le dijo que tenía que hacerse estudios de laboratorio para darle un diagnóstico de su salud.
Al hacerle dichos estudios le dieron la noticia de que tenía una enfermedad llamada lupus eritematoso sistémico, esta enfermedad es incurable, el sistema inmunológico atacara todos sus tejidos y que tenía que llevar un tratamiento de por vida para poder controlar la enfermedad. Cuando salió del consultorio, se fue caminando a casa muy triste y orando todo el camino diciéndole a Nuestro Señor: Tú tienes la última palabra porque no es lo que el médico diga, sino tu voluntad, porque mi vida es tuya. A partir de ese momento acudió a la cita médica cada 6 meses y estudios de laboratorio, esta enfermedad provoca inflamación en los tobillos, en las rodillas, en las manos, en todas las articulaciones, daña los órganos poco a poco.
Hace algunos meses recibió profecía donde el Señor consoló su corazón diciéndole que le estaría sanando y que los médicos quedarían sorprendidos de los resultados por la obra que él haría en ella y que lo estaría testificando. Hace un par de semanas atrás acudió a una cita médica como de costumbre y el médico le dijo que a muy pocas personas les decía lo que le iba a decir: La felicito porque sus estudios salieron muy, muy bien. Deja de tomar medicamentos, te doy de alta, solamente tienes que llevar una alimentación sana, hacer ejercicio y cuidarte mucho del sol. En ese instante ella sintió mucha emoción porque recordó esa promesa de Dios, quien en su santa profecía le dijo que la estaría sanando. Todo esto lo testifica para darle la Honra y Gloria a Nuestro Dios.
Dios la sana de cáncer de seno y de su pie a través de la Hermana María Luisa.
Suba Rincón, Bogotá, Colombia
La hermana testifica que ella llegó hace 24 años a la Iglesia, y llegó con algunos quebrantos de salud, por los cuales ella siempre le había clamado a Dios para que la ayudara porque ella padecía de dolores fuertes en su seno izquierdo y en su pie izquierdo. Hasta el punto de no poder caminar. Dios le empezó a hablar y le hizo hermosas promesas, diciéndole que no se angustiara, puesto que a través de su Sierva Amada Él haría la obra. Ella fue al médico y las puertas se cerraron, el dolor aumentaba en ambos órganos, pero el Señor empezó a darle sueños donde le confirmaba que tenía cáncer en su seno. La hermana le decía a Dios que tenía miedo y que no quería ser intervenida quirúrgicamente porque el cáncer se podía regar, así fue que el señor le volvió a decir que sería a través de su Sierva Amada. No obstante, ella por problemas de salud no podía asistir a la iglesia cuando la Hermana María Luisa iba, ante lo cual le argumentaba eso al Señor. Ella tuvo un sueño donde veía a la Hermana María Luisa vestida de médico y le confirmaba que tenía cáncer, pero que no se angustiara y que se tomara un medicamento que le daba. Así fue que después de eso la hermana, creyendo y clamando, tuvo otro sueño donde veía a la Hermana María Luisa en la iglesia, quien la observaba y le decía: “Usted ya ha sido sana y pronto se abrirán esas puertas, en las que la ciencia médica misma se sorprenderá”. Fue así como la llamaron y en el médico, después los exámenes, le confirmaron que ya no tenía cáncer.
Después siguió con el dolor en su pie. Dios le había obsequiado unos tacones muy bonitos, pero no podía usarlos y caminar. La solución de la ciencia era amputarle el pie, pero la hermana oraba y le clamaba al Señor que sin su pie no podría servirle con las promesas que Dios le había dado, pero el Señor le dijo que no se preocupara y que la sanaría a través de su Sierva Amada. Ella tuvo, al pasar el tiempo, otro sueño, donde veía a la Hermana María Luisa que se bajaba de una camioneta y le preguntaba qué quería que hiciera por ella. La hermana le pedía a nuestra Hermana María Luisa que le impusiera manos, y, al imponerle manos, se desmayó. Después, veía que la Hermana María Luisa se iba en su vehículo, por lo que se levantaba y empezaba a correr detrás de la camioneta para agradecerle. Al mirar su pie en el sueño, no le dolía. La hermana despertó con el anhelo de ponerse los tacones y, al hablarle a Dios acerca del sueño, se dispuso para ir a la iglesia con ellos. Fue así como en efecto pudo asistir a la Iglesia sin sentir dolor alguno. Al volver al médico, le preguntaron qué había hecho porque ese pie debía haber sido amputado. De esta manera Dios la sanó a través de su Sierva Amada. Todo lo testifica para honor y gloria de Dios.
Testimonio Hermana de Wellington, Nueva Zelanda
Orquídeas, Bogotá, Colombia