Testimonios 26 de octubre de 2020 – Iglesia de Dios Ministerial de Jesucristo Internacional
26 octubre, 2020Testimonios 28 de octubre de 2020 – Iglesia de Dios Ministerial de Jesucristo Internacional
28 octubre, 2020Testimonios 26 de octubre de 2020 – Iglesia de Dios Ministerial de Jesucristo Internacional
26 octubre, 2020Testimonios 28 de octubre de 2020 – Iglesia de Dios Ministerial de Jesucristo Internacional
28 octubre, 2020Testimonios 27 de octubre de 2020 – Iglesia de Dios Ministerial de Jesucristo Internacional
1- Dios liberta a su hija de espíritus
Cuenca, Ecuador
La hermana testifica que desde el mes de agosto, su hija de 8 años le cuenta a su mamá que una voz le hablaba constantemente, que le decía que hiciera cosas malas, además esta voz le prohibía que cuente, un día la niña le contó lo que le sucedía, ya que esta voz le decía que tomara un cuchillo de la cocina y se lo clavara en la espalda a la mama, la niña a raíz de esto sufría mucho por causa de esta voz.
La mamá constantemente le estaba imponiendo manos y orando a Dios, lo maravilloso es que esa misma semana nuestra Hermana María Luisa después de la enseñanza oró por las personas que escuchan voces y les atormentan, la mama en ese momento en medio de la oración también le impone manos a la niña, y ora junto con nuestra hermana María Luisa, y a partir de ese día ya van 2 meses y la niña no volvió a escuchar estas voces, la gloria es para nuestro Dios.
2- Dios obra sanidad de cáncer en el padre de una creyente
Las Ferias, Bogotá, Colombia
Mi padre es un adulto mayor, con un cáncer de próstata avanzado, con dolores muy fuentes por metástasis. Nuestro Dios algún tiempo le habló, dijo que estaría dando órganos nuevos, y le estaría dando vitalidad lo estaría rejuvenecido. Los medicamentos para el dolor no hacían efecto, recordábamos la promesa orábamos, meditábamos en Dios. Él tocó unos para que obtuviéramos citas médicas, ya que hacía 6 meses no lo volvieron a atender, pudimos ir a la cita de urólogo, y el médico se asombró, ya que como mi padre hacía meses no tenía tratamiento, vio en el examen que el cáncer metastásico se había “congelado” y no sabía a qué atribuirle este hecho, ya que mi padre no llevaba ningún tratamiento, esas fueron sus palabras “el cáncer se congeló” y no volvió a tocar ninguno de sus órganos, así se cumplió la promesa de mi Dios! mi papá lo vi más joven caminaba más rápido, ¡La gloria y honra para Dios!
3– Dios obra sanidad y da una experiencia espiritual
Cuenca, Ecuador
La hermana testifica que desde antes de la pandemia venía sufriendo de fuertes dolores de cuello y de la cabeza, y para esto tomaba analgésicos, los médicos le decían que no tenía nada, ya en el tiempo de la cuarentena los dolores aumentaron, la hermana volvió acudir a otro especialista donde le formula más medicamentos, pero no hubo mejoría, la hermana constantemente le pedía a nuestro Dios por su estado de salud, pero en el mes de septiembre, al estar viendo la enseñanza de nuestra hermana María Luisa, el dolor era agudo, le oró a Dios en medio de la enseñanza, Dios le da una visión donde veía como un ser e impuso las manos en el cuello, al día siguiente la hermana amaneció totalmente sana, y reconoce la manera como Dios usa a nuestra hermana María Luisa.
4- Testimonio de bendición laboral y sanidad
Ferias, Bogotá, Colombia
El hermano testifica que se le acabó el contrato laboral justo en el inicio de la pandemia, por lo cual lo que les decían es que seguramente se quedarían sin empleo. No se desesperó, sino que continuó en la búsqueda de Dios, escudriñando y meditando en su palabra y disfrutando las enseñanzas virtuales de nuestra Hermana María Luisa. La promesa del Señor en profecía era que no lo iba a desamparar y que en último momento se glorificaría. Faltando un día para cumplirse el último plazo para la renovación del contrato, se firmó el contrato, en un instante, cuando todos daban por perdida la oportunidad, pero no solo fue así, sino que les dieron unas bonificaciones que no esperaban. Así nuestro Señor se glorificó.
Por otra parte empecé a sentir que me faltaba la respiración. Empecé a orar y a escuchar enseñanzas. Yo sentía que iba a partir, pero el Señor se glorificó. Empecé a sentir calor en el pecho, me quedé dormido y al despertar, todo estaba como si nada hubiera pasado. Podía respirar bien. Se me quitó la dificultad y el adormecimiento de manos y brazos. Testifico para la gloria y la honra del Señor.