Testimonios 20 de agosto de 2020 – Iglesia de Dios Ministerial de Jesucristo Internacional
20 agosto, 2020Testimonio, Sáchica – Boyacá – Colombia, 17 de noviembre de 2019, IDMJI
22 agosto, 2020Testimonios 20 de agosto de 2020 – Iglesia de Dios Ministerial de Jesucristo Internacional
20 agosto, 2020Testimonio, Sáchica – Boyacá – Colombia, 17 de noviembre de 2019, IDMJI
22 agosto, 2020Testimonios 21 de agosto de 2020 – Iglesia de Dios Ministerial de Jesucristo Internacional
1- La tía de una creyente enferma de Covid-19, Dios la sana en la oración de una de las enseñanzas y de esta forma conoce la Iglesia
Bogotá, Colombia
La hermana testifica que Dios en profecía le había dicho que en los momentos de dificultad le orara y le pidiera, que Él se estaría manifestando.
Una de sus tías, muy querida para la hermana fue diagnosticada con la COVID–19 y el diagnóstico no era para nada alentador, pues además de ser contagiada con este virus, tenía otra serie de enfermedades preexistentes, como lupus, problemas de tensión arterial, problemas de diabetes, lo que hacía que el tema se pusiera más delicado.
La hermana, sabiendo que tenemos un Dios poderoso, un día que su tía estaba muy mal, la hermana le habló, le recordó que ella asistía a una Iglesia donde Dios se manifestaba con poder y gloria y le habló a su tía, le dijo que iba a orar a Dios por ella y que le pediría a Dios por ella. Las complicaciones de la tía de la hermana iban en aumento y ese día, el 29 de julio de 2020, nuestro Pastor General, nuestro Hermano Carlos Alberto Baena predicó la enseñanza “Orar con fe”, la hermana sintió que esa enseñanza era esa herramienta precisa para hablarle a Dios y pedirle por su tía.
La hermana así lo hizo, le habló conforme las enseñanzas, lo hizo de rodillas como se enseñó, con mucha convicción y le pedía a Dios que así sus familiares no lo conocieran, les permitiera ver su poder y su grandeza y así ellos conocieran a ese Dios que nos escucha y nos bendice tanto.
Para la gloria de Dios hoy la hermana testifica que después de esa oración su tía, en cuestión de 3 a 4 días empezó a evolucionar y a recuperarse una manera muy rápida, le quitaron el oxígeno, los medicamentos etc. Y en este momento su tía está plenamente convencida que fue Dios el que la sanó y algo además muy maravilloso, es que después de ello, la hermana le envía las meditaciones y las enseñanzas para que su tía aprenda y conozca de nuestra Iglesia y hoy su tía le dice que cada vez que escucha un audio, una enseñanza o una meditación siente mucha paz y ello le da aliento.
Le hermana lo testifica para la gloria de Dios.
2- Dios obra sanidad en la suegra de un creyente y Dios lo bendice laboralmente
Arcabuco, Boyacá
El Hermano testifica cómo Dios obró un milagro en su suegra, pues a pesar de su grave estado de salud por el cual estuvo internada en el hospital, la protegió de un cáncer y de contraer Covid-19; gracias a esta situación, ella ahora respeta a la Iglesia. También testifica que Dios le cumplió promesas de triunfos económicos y laborales, pues pasó de tener un trabajo a tener tres trabajos en medio de la pandemia, lo cual ha sido de gran bendición para su hogar. El hermano lo testifica para honrar y enaltecer el nombre de Dios.
3- Un hermano ora a Dios y le guarda la vida a su hijo que contrajo Covid-19
Orquídeas, Bogotá, Colombia
Transcripción:
Buenas noches hermanos. Dios los bendiga a todos. Les estoy hablando porque este jueves pasado, que hubo la enseñanza por parte de nuestro apóstol la Hermana María Luisa, en la mañana me avisaron que mi hijo, yo estoy acá en Colombia en Bogotá, mis hijos están en Venezuela, uno de mis hijos sufre de problemas respiratorios y me notificó mi hija que él estaba muy mal, estaba muy mal tenía todos los síntomas del Covid-19, y estaba muy mal y que tenían que sacarlo a un hospital. Por las condiciones de Venezuela hermanos, es muy difícil, de verdad muy difícil, poder llegar a un hospital y que lo atiendan a uno.
Como podrán comprender, mi desesperación fue muy grande, porque tener lejos a mi hijo, yo estar acá en Colombia y él estar allá en Venezuela y no poder estar con él ni poder ayudarlo, es de verdad un dolor muy grande. En ese momento que me enteré, me arrodillé y le pedí a Dios, le dije que tuviera misericordia de mi hijo, que no lo dejara morir, que me lo ayudara, que no lo dejara solo, que extendiera su mano hacia él. En la noche de la enseñanza de la Hermana también le oré mucho y le pedí mucho a Dios, y en el momento de la oración final que hizo la Hermana, de rodillas de nuevo le pedí a Dios que no abandonara a mi hijo, que tuviera misericordia de él. Hermanos, terminó la Hermana la enseñanza, y me llama mi hija, y me dijo que lo habían llevado al médico y cuando llegaron allá, estaba mucho mejor, inclusive los médicos le dijeron que su saturación estaba normal, tenía un poco de malestar pero nada comparado como cuando lo sacaron de la casa. Dijeron que tenían que realizarle la prueba del Covid-19. Al siguiente día mi hija, que es la que está llevando la batuta con sus hermanos y sus abuelas, pudo conseguir algo de dinero y lo llevó a la clínica.
Le hicieron la prueba del COVID-19, le hicieron una cantidad de exámenes, le encontraron una pequeña infección y está libre de COVID, no tiene nada mi hijo. Alabado sea nuestro Dios, toda la alabanza, toda la honra y toda la gloria sea para Él. Dios ayudó a mi hijo, tuvo misericordia de él, mi hijo está ahorita en tratamiento, un tratamiento médico, está mejor gracias a Él, porque si no hubiera sido por la mano piadosa de Dios, no sé qué hubiera pasado con mi hijo. Esto lo testifico para dar fe, para dar testimonio, de que tenemos un Dios grande, que existe un Dios que está vivo, un Dios de poder, y un Dios que escucha a sus hijos. Hermanos que pasen muy buenas noches.
4- Testimonio de una hermana Nativa de Zurich, Suiza
Transcripción:
Buenos días hermanos y hermanas, yo soy nativa de la Suiza-Alemana, tengo 19 años y me congrego en la Iglesia de Zurich en Suiza. Ya desde unos días estaba sufriendo de un dolor en la mano derecha, más no le ponía cuidado. Una noche en el mes de Julio de este año tuve un sueno, en el cual Dios me dijo que tenía que asistir a la ciencia medica, porque si no lo hacía mi mano se iba a poner muy grave. Desperté del sueño y le oré al Señor, pidiéndole que me quitara el dolor. En este instante tuve una visión, en la cual vi una mano de hierro que apretaba mi mano derecha. Yo sabía, que esta mano de hierro era la mano del diablo. Después de esta experiencia espiritual asistí a la ciencia medica, donde me dijeron que era una inflamación de los tendones y me dieron medicamentos y una férula/tablilla.
Me dijeron que tenía que evitar todos los movimientos con la mano derecha. Pocos días después me empezó a doler la otra mano, la mano izquierda, también. Le oré a Dios pidiéndole que tendría misericordia de mí, argumentando que necesitaba mis manos para poder aplaudirle en la alabanza y para poder continuar con mis deberes diarios y con mis estudios. En este instante tuve una visión en que vi dos manos de hierro que apretaban mis dos manos y yo sabía que era el diablo.
Dios me dijo en esta visión que él permitía esto para que yo me acercara más a él y que será solamente para un tiempo. Con el paso de los días asistí otra vez a la ciencia medica y me dijeron que tenía la misma inflamación de los tendones en la mano izquierda también y me mandaron a hacer la misma terapia como en la mano derecha. Me dijeron, que ellos no sabían cuanto tiempo durara esta inflamación. Así yo no podía ni usar la mano derecha, ni la mano izquierda, no podía vestirme sola, ni podía comer sola, ni podía ejercer mis deberes de la vida cotidiana. Incluso caminar me dolía a causa de la sacudida. Los dolores eran muy fuertes, pero Dios me consoló y me dio una visión en la cual vi como la hermana Maria Luisa me aplicaba una crema a mis dos manos. Dios me regalo hace 1 año y medio el don de la profecía por su misericordia y en medio de una oración que hice en estos días de enfermedad en mi cuarto el Dios de los cielos tomo mis labios y me dijo en profecía que yo no me tenía que preocupar por mis estudios. Yo le di gracias a Dios y también le pedía que si esta enfermedad era un castigo que él me mostrara cuáles eran mis defectos para que yo mejorara en mi vida espiritual y que él pueda quitar de mí este castigo. Efectivamente analizando mi vida caí en cuenta de algunas fallas y le pedí perdón a Dios y le pedí que me cambiara en estos aspectos.
Luego, en la enseñanza de la lluvia temprana y de la lluvia tardía la hermana Maria Luisa oro por los enfermos y profetizo que Dios pronto se iba a manifestar. En esta oración mi mamá, que también asiste a la Iglesia, pidió con todo su corazón por la sanidad de mis manos. Después mis manos mejoraron de un instante a otro y pocos días después quedé prácticamente sin dolores. Pero todavía no podía aplaudirle a Dios, porque esto me dolía todavía. En una alabanza que realicé después de escuchar la Meditación de la hermana Maria Luisa de Juan 17, en la cual ella de nuevo oro por los enfermos, tuve una visión hermosa en la cual Dios me mostró una mano que opero mis dos manos, tocando mis tendones y sacando un líquido de ambos mis manos. En esta visión yo pregunté quien fue quien realizo esta cirugía. De repente apareció en la visión un ser grande y muy resplandeciente quien dijo: “Soy Yo. Yo te di tus manos, para qué me aplaudes y me alabes todos los días de tu vida.” Yo, convencida de que Dios me sano completamente empecé a aplaudirle a Dios y los dolores se iban. La honra y la gloria es para nuestro Dios eterno. Quiero también resaltar el grande respaldo que Dios le da a nuestro ministerio. Gracias hermana Maria Luisa por todo lo que usted hace para nosotros. Dios la bendiga grandemente.
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