Testimonios 20 de mayo de 2023 – Iglesia de Dios Ministerial de Jesucristo Internacional

Primer testimonio:
El hermano testifica para dar gloria y honra a Dios. En una profecía, Dios le indicó que tendría una labor en un lugar donde había personas necesitadas material y espiritualmente, y que debía predicar su palabra allí. Ha conocido a personas en altos niveles de necesidad y recientemente uno de ellos visitó la Iglesia y conoció la profecía y la palabra de Dios. También quiere testificar sobre una sanidad que recibió de una infección urinaria durante una oración de nuestra Hermana María Luisa Piraquive en un Estudio Bíblico.

Segundo testimonio:
La hermana testifica para dar gloria y honra a Dios. Cuando llegó a la Iglesia, tenía tristezas, dolores y escasez, pero Dios comenzó a bendecirla y cumplió los anhelos de su corazón. Aunque inicialmente no prestaba atención a las promesas espirituales, un día sintió un cambio y le pidió a Dios que le hablara de lo espiritual. Dios le permitió bendiciones materiales y espirituales, pero no comprendía la importancia del diezmo. Sin embargo, en un momento de crisis económica, Dios le quitó vendas de sus ojos y comprendió la enseñanza sobre el diezmo y comenzó a diezmar. Desde entonces, Dios ha prosperado económicamente. También le dijo que la respaldaría en su lugar de trabajo, permitiéndole defender sus ideas y sorprender a quienes la rodean. Todo esto es testificado para dar gloria y alabanza a Dios.

Tercer testimonio:
El hermano testifica para dar gloria y honra a Dios. Cuando llegó a la Iglesia, Dios le hizo una promesa de traer a su padre biológico a la Iglesia, a pesar de que vivía con su padrastro. A lo largo de los años, tuvo controversias con su padre por el tema de la Iglesia y él constantemente criticaba y atacaba la Iglesia. Durante la pandemia, se reunieron nuevamente y su padre continuó hablando mal de la Iglesia.

Sin embargo, el hermano decidió dejar de discutir y le invitó a asistir a la Iglesia. Su padre aceptó y comenzó a ver las enseñanzas en vivo. Durante la enseñanza, su padre estaba atento y oraba durante la enseñanza. Al final, su padre reconoció que estaba equivocado y pidió perdón por hablar mal de la Iglesia y nuestra Hermana María Luisa. Su padre aseguró que Dios tocó su corazón y afirmó que Dios estaba en la Iglesia. Desde entonces, su padre ha recibido el bautismo con el Espíritu Santo y ha entregado su vida a Dios. Este testimonio es dado para dar gloria y honra a nuestro Dios.