Testimonio del respaldo que Dios le da a nuestra Hermana María Luisa Piraquive

Testimonio enviado por una creyente en España:

Doy la honra y la gloria a Nuestro Dios, por permitirme haber tenido el sueño que a continuación detallaré, con esto me queda claro que soy bienaventurada por pertenecer a esta Iglesia y ser partícipe del respaldo incondicional que Dios le da a nuestra líder espiritual, mi querida Hna. María Luisa.

En el mes de junio del año 2018, tuve la bendición de asistir por primera vez a la Iglesia en Vallecas Madrid, asistí por invitación de un amigo, ya que yo pertenecía a otra denominación, me encantó la enseñanza, escuche profecía que me llegó al corazón al punto de llorar por todo lo hermoso que ahí me dijeron, se me hacía raro que cosas muy íntimas la persona que me profetizaba me las dijera, desde ahí sabía que Dios moraba en ese lugar, transcurrieron los días y tuve un sueño:

Estaba atrasada para llegar a mi antiguo trabajo y me encontraba muy elegante para acudir a mi oficina, con zapatos de tacón imposibles para caminar por los caminos que se me presentaban alrededor; pues el 1º era un camino lleno de lodo y barro, el mismo que era imposible pasar por mi vestimenta, el 2º era un camino empedrado con muchos palos y escombros, así mismo imposible transitar por mi vestimenta, el 3º tenía mucha agua y no podía ingresar a él, por ello me encontraba desesperada y abrumada, sin embargo de lejos miraba que se acercaba una mujer muy elegante vestida con un traje blanco y yo ansiosa acudía a ella y le pregunté como puedo llegar hasta la dirección que yo quería llegar, a lo que ella me respondía si tu quieres llegar allí ninguno de estos caminos te llevarán, más el que yo te indique ese será el camino correcto, así que ella me mostró un camino adoquinado limpio y sin obstáculos que me llevaba no al lugar que quería llegar en principio sino a un jardín lleno de flores, arboles frutales, árboles de pino con formas de animales, un lugar lleno de paz, donde hizo que olvide el lugar al que en principio quería llegar, a la distancia visualizaba un señor de edad avanzada de contextura pequeña vestido con un buzo color azul y un pantalón beige al cual quería alcanzar y llegue pero el sueño lastimosamente finalizó.

A los pocos días de este sueño que nunca se borrará de mi mente por ser tan maravilloso, nuevamente acudí a la Iglesia, pero esta vez estaba más atenta a cada detalle y miré a la cartelera y vi una fotografía de la Hna. María Luisa, causándome el mayor de los asombros, ya que la mujer de mi sueño era la misma que ahí se mostraba me llene de emoción y amor a la obra de la Iglesia que para mí es donde habita nuestro Señor, desde entonces se me ha hecho importante pertenecer a la congregación de la cual me siento muy orgullosa.

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