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21 marzo, 2020Testimonio de un hermano que fue víctima de secuestro – Marzo 2020
Transcripción del testimonio, contado por una hermana de la Iglesia:
“Comparto una experiencia que tuvo mi esposo anoche, mientras él trabajaba en el carro.
Primero que todo contarles que mi esposo en el 2013, estuvo secuestrado por dos meses. Cuando a él lo secuestraron el Señor me dijo: “Que no denunciará el secuestro que él no necesitaba ayuda del hombre para sacar a mi esposo de allá”.
Y así fue como obedecí y Dios le abrió las esposas a mi esposo, y el Señor hizo caer en un profundo sueño a sus secuestradores y él se pudo escapar.
Después de la llegada de mi esposo, pasados unos años, conseguimos una abogada muy importante y le dimos el poder para demandar al estado, ya que a mí esposo lo secuestró un policía de asuntos internos. Y el Señor a él le hablaba de esos dineros, que le estarían llegando, e incluso a mi y a mis hijas el Señor nos ha dicho lo mismo.
Pero la abogada murió hace un mes y los abogados que trabajan con ella, le dijeron a mi esposo que no iban a seguir con el caso, y debido a esto mi esposo entró en una gran tristeza, y empezó a poner su confianza en el hombre y no en Dios. Yo empecé a decirle que Dios era quien iba ha hacer todo por él, pero siguió con su tristeza al punto que quería alejarse de la Iglesia.
Le pedí a Dios que se manifestará y tuviera misericordia con mi esposo y que le diera un sueño o alguna experiencia espiritual, y ayer mismo él salió a trabajar, y como él transporta pasajeros en su vehículo, se subió un señor muy elegante, se hizo en la parte de adelante con mi esposo y el señor le pregunta: ¿Cómo le fue en el secuestro?, mi esposo lo miró sorprendido y le respondió que bien, pero que estaba cansado, que tenía problemas económicos y que el vehículo le fallaba mucho. La persona le dijo: Usted debe de valorar la oportunidad que Dios le dio, disfrute el carro, su familia, lo que Dios pone día a día en sus manos.
También la persona le dice: Usted tiene dos espadas de doble filo en su espalda y si usted da un paso atrás vivirá peores cosas de lo que vivió. No se olvide de Dios, siga adelante, sea fuerte que el diablo quiere quitarle la paz y la tranquilidad que Dios le ha dado, y el diablo quiere que usted desagrade a Dios. Y también le dijo: El impío quiso quitarle la vida, pero Dios no lo permitió. Luego la persona se bajó del vehículo y le dijo: Que Dios lo bendiga.
Mi esposo me contó que cuando la persona le hablaba, sabía que era Dios teniendo misericordia de él para guardarle su vida física y espiritual. Me conmovió verlo llorar con tanta felicidad contándome esa experiencia tan bonita.
Yo le dije a mi esposo que no buscará abogados que dejara que Dios sería el abogado.”
Gloria a Dios